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Manifiesto del deporte femenino

1. Los medios de comunicación deben dar mayor visibilidad al deporte femenino. Gracias a la progresiva retrasmisión de los partidos de fútbol femenino, esta disciplina está experimentando un aumento de visibilidad y, por ende, de seguidores. Esta dinámica debería extenderse al resto de deportes femeninos, tal y como sucede con los masculinos.

 

2. Necesidad de cambio en la educación de los más pequeños. Aunque la tendencia está cambiando, ni las niñas ni los niños perciben el deporte femenino como profesional. Urge cambiar la mentalidad de la sociedad y hacer especial hincapié en la educación de las nuevas generaciones para erradicar esta imagen errónea. El objetivo final es que los deportes dejen de clasificarse por género: ni el fútbol debería considerarse un deporte masculino ni la gimnasia rítmica o la natación sincronizada deberían asociarse con prácticas femeninas.

3. Aumento de posibilidades para demostrar que el deporte femenino también vende. Las diferencias salariales entre mujeres y hombres que practican el mismo deporte son abismales. Conscientes del volumen de negocio que genera el deporte masculino, especialmente el fútbol, las mujeres deberían poder aumentar sus posibilidades para demostrar que su deporte interesa y también vende. Sin esa oportunidad, el foco nunca se conseguirá ampliar.

4. Ayuda en la conciliación entre vida profesional y personal. La mayoría de las deportistas se encuentran muchos retos a la hora de ser madres, ya que implica un periodo de ausencia en la carrera profesional, tanto antes como durante y tras el embarazo. El apoyo de clubs e instituciones deportivas, así como la puesta en marcha de políticas que faciliten la conciliación de las deportistas es esencial para evitar que renuncien a su trayectoria profesional.

5. Acceso a puestos profesionales tras la etapa deportiva. La mayoría de las posiciones técnicas en los clubes deportivos femeninos están ocupados por hombres. Las deportistas de élite, tras retirarse, también deberían aspirar a continuar su carrera profesional como miembros técnicos de cualquier entidad deportiva, de manera que cada vez se encuentren a más entrenadoras o presidentas en el sector.